Hoy hemos visto en televisión cómo un hermano le dona el riñón a otro. Son de una familia muy conocida de Villafranca que en más de una ocasión hemos coincidido de fiesta... la verdad es que los tíos se lo montan muy bien, jeje. Pero está visto que para las buenas son únicos pero para las malas también.
Siempre le digo a mi mujer que no podemos analizar cómo actuaríamos en una situación hasta que no la vivamos en primera persona, pero esta noticia me ha hecho reflexionar hasta dónde se puede llegar por el cariño a un hermano.
Pienso que a un hermano se le puede y se le tiene que perdonar todo, se le puede y se le tiene que ayudar en todo, se le puede y se le tiene que aceptar tal y cómo es. El cariño a un hermano no es una compra-venta: "tú me das, yo te doy", "tú vienes, yo voy", siempre hay uno que debe dar el primer paso, da igual quien, lo importante es darlo.
Yo no sé hasta dónde sería capaz de llegar por mi hermano, espero no tener que estar nunca en una situación límite, pero si sé que mis padres nos han enseñado lo importante que debemos ser el uno para el otro, aunque sé que con él me equivoco muchas veces, más que con nadie, sé que está y estará, y él sabe que yo estoy y estaré, pero para saber eso y sentir eso no tenemos que ser hermanos empalagosos.
También tengo hoy presente a casos concretos de hermanos que no se hablan, que se han distanciado,... la verdad que tiene que ser duro, habrá que esforzarse para que eso no nos ocurra.
Lo dicho mi pequeño homenaje a ese hermano donante, y sobre todo a la frase del receptor..."no le he tenido que dar las gracias, con una mirada ha bastado para decírnoslo todo". Y sobre todo mi cariño y homenaje a mi hermano, para mí, el mejor.
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