Me consta que me están saliendo demasiadas canas, está claro que no podemos luchar contra esa máquina monstruosa llamada tiempo. Es evidente, algunos añitos tenemos ya, aunque espero seguir dando lata al menos los mismos que llevo hasta ahora, pero está claro que eso no depende de mí, así que...una preocupación menos.
Pero lo que llevo varios días dándole vueltas a la cabeza no son a las canas si no a las personas, no dejan de sorprendernos. Es cierto que, muchas de las que me rodean, me sorprenden para bien aunque hoy mis tiros van por otro camino,
No entiendo cómo se puede ir por la vida con dos caras. Es cierto que en alguna que otra ocasión todos hemos pecado de eso pero ¿siempre? Está claro que Dios me dio muchos dones, más de los que merezco, pero el de tener mano izquierda, se le olvidó.
Pienso que no es malo hablar a la cara y llamar a las cosas por su nombre, siempre con educación, pero hablarlo y más si esas personas se tienen algo de aprecio. Puedo entender que en situaciones límite el ser humano pierda un poco el rumbo, pero lo dicho, en situaciones límites.
Ánimo desde aquí a hablar y sobre todo a saber escuchar. Yo tengo alguna conversación pendiente que otra, no se me olvida, estoy esperando el momento oportuno, que también creo que es importante, y lo que les tenga que decir, como siempre, a la cara, Por eso me gusta que la gente actúe igual conmigo, aunque ya veo que no. Por justificar, puedo pensar que soy algo inaccesible, aunque a veces creo que no es para tanto.
Pero todo sirve para aprender, estas situaciones te ponen a cada uno en su sitio, unos cerca y otros, muy a tu pesar, lejos.
Lo dicho, hablemos y si hay suerte, nos podremos llegar a comprender.
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